ARTE CONTEMPORÁNEO BAJO EL VOLCÁN /
Dicen que el destino es caprichoso y que la buena fortuna podría estar a la vuelta de la esquina. Una esquina que un día tropieza con los sueños de dos estetas que creen ver en la historia, un futuro. Como piel curtida por un sol casi siempre agradecido, los muros de la casa, hoy convertida en hotel, han sido testigo de susurros provenientes de varios siglos atrás. Ahora hay un silencio impuesto por la solemnidad de los nuevos anfitriones, quienes han decidido colmar a sus huéspedes, no solo de comodidad terrenal, sino también de mucho arte. Cada espacio y rincón convive con Navarro, Calvo, Noguero, Bertoia o Mies van der Rohe. Solo un suelo forjado de indómita lava sería capaz de soportar tanta genialidad. Solo un viajero no acomplejado podría dormitar.