TODO ESTÁ AQUÍ /
Fafe, verano. No exijamos más al presente de lo que es: vivamos algo especial y único en esta casa. Aquí, en el norte de Portugal, 1703 fue el año en el que se construyó. El arquitecto Miguel Melo la ha rehabilitado para que recupere la identidad de su pasado, en el que imaginaba a sus bisabuelos subiendo y bajando cada día por aquellas escaleras, menos desgastadas que las que diviso a su derecha, las utilizadas por el servicio. Aquí no hay lujos superfluos, sus paredes rezuman verdad: una belleza de la sobriedad que induce a dejarse llevar por la paz de sus interiores y por las maravillas de sus bucólicos exteriores. Los colores que visten la casa y el patio, con una paleta del ayer transportada al hoy, son ahora testigo de nuestro baile. Que el alba presencie el último de nuestros pasos.